Al igual que el cobre, el zinc es el otro protagonista en el mundo mineral que está facilitando el desarrollo e implantación de energías renovables. Su uso diverso, especialmente en baterías, lo consolidan como uno de los elementos con mayor subida en torno a su cotización.
El desarrollo del vehículo eléctrico provocará un déficit del litio, mineral con el que actualmente se crean las baterías para estos vehículos. Se estima una vida máxima de unos 15 años para que el litio disponible no pueda satisfacer la cantidad de demanda total. Por lo tanto, es necesaria la implantación de nuevas baterías para la sostenibilidad del desarrollo tecnológico. Un ejemplo es las baterías de zinc-aire, que permiten que los vehículos eléctricos tengan una mayor autonomía, no son tóxicas y están consideradas ‘eco-friendly’.
Al año, se producen en torno a 11 millones de toneladas de Zinc en todo el mundo. De esos 11 millones, aproximadamente cinco se usan para galvanizado de acero (lo protege de la corrosión). Otro gran porcentaje acaba en la producción de latón y, por último, para producir aleaciones de base zinc. Los sectores que más uso hacen del zinc son la construcción (45%), el transporte (25%), y bienes de consumo y electrodomésticos (23%).